La Ley Concursal está de aniversario. Cumple un año de vida la reforma que incorporó al derecho español la directiva de marcos de reestructuración preventiva de la Unión Europea. Un sistema que busca atajar cuanto antes los problemas de insolvencia de las empresas para preservar el entramado industrial y mantener los empleos.
Durante este tiempo, los concursos de particulares crecieron los primeros siete meses de este año un 84%, mientras los de sociedades descendieron un 17%. El 91% de los procedimientos concursales iniciados estos meses corresponden a concursos (3.815), los planes de reestructuración llegan a 225 y se han registrado 166 procedimientos especiales, según los datos de Informa. Las microempresas suponen el 45% del total, superadas por el 48% de las pequeñas, las medianas son el 7% y no aparece ninguna gran empresa.
La entrada en vigor de la reforma concursal también ha supuesto la disminución de los concursos exprés, que se inició en septiembre del pasado año. Durante los ocho primeros meses del 2022 no bajó del 65,5%, pero en diciembre era ya del 17%. En el primer mes de este año rozaba el 15% y había continuado el descenso hasta el 11% en abril. En mayo la proporción subió al 13% para volver a caer en junio al 9% y en julio –el último dato oficial– se quedó en un 5%.
Según datos del Consejo General de Economistas (CGE) en materia de insolvencias, los concursos de acreedores de personas físicas y autónomos crecieron un 280% entre 2019, antes de la pandemia de coronavirus, y 2022. Este repunte fue mucho más acusado que el experimentado por las empresas, cuyos concursos solo aumentaron un 18%